Es cierto, el oro siempre es oro, pero no todo se compra con dinero. El problema estalla como una olla a presión cuando el puñado de monedas lo planta sobre la mesa un atajo de inmorales. Lo que sucede en los campamentos mineros de Madre de Dios, en Perú es un ejemplo más del vicio y la mente depravada del ser humano.
Las calles del asentamiento ilegal carecen de alumbrado o alcantarillado público, pero no faltan prostíbulos en los que se vende a menores como ganado.
¡La oferta es amplia oiga! Más de 200 menores son explotadas en los "prostibares" y según la etnia, así el precio.
Afortunadamente, en los últimos dos años ha conseguido rescatarse a 62 niñas de las garras de las bestias. La sociedad parece haber hecho oídos sordos. No interesa y se mira para otro lado. Las mafias reciben avisos de los registros y las denuncias son insignificantes.
Después de leer sobre el tema, valoro mucho más la independencia y la educación que he recibido. Desgraciadamente, tenemos que lamentar, una vez más, que la mujer siga siendo "de segunda" en muchas sociedades del mundo. Que lástima.
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