domingo, 31 de enero de 2010

"La Princesa y el Sapo"



Hacía mucho, mucho tiempo que Disney no nos regalaba los sentidos con las historias y aventuras de una nueva princesa. Pues bien, sepan los románticos que la factoría ha dado a luz a Tiana, una supermujer de color que como muchas de nosotras ha topado con un sapo. Qué mal tiene que estar la cosa para que la industria del cine más romántico se haya dado cuenta y decida plasmar la cruda realidad. Porque vamos a ser sinceros, las cosas están cambiando. De los caballeros con espadas brillantes, altos y fornidos, hemos pasado a la representación del amante como un ser verde, granudo y con barriga, muy curioso.... y un consuelo. Gracias a Disney me he dado cuenta del motivo por el que sigo soltera.





En un país no muy muy lejano, vivía una mujer, risueña y soñadora con ganas de prosperar. Testaruda y trabajadora pero con los pies en la tierra, se afanaba por cosechar éxitos en su trabajo y mientras las cosas iban caminando a base de esfuerzo, en lo personal vagaba desconcertada por caminos tortuosos.


Quizá, su empeño por encontrar a un Príncipe Azul que la protegiese entre sus brazos la llevó a idealizar sobre el hombre perfecto, pero en el camino, un libro la hizo pensar. Se trata de: "El caballero de la armadura oxidada" de Robert Fisher. Una obra maestra recomendada para cualquier edad. Si se lee en la niñez, puede ser un cuento, en la adolescencia una advertencia y un poco más tarde, después de besar a varios sapos, una realidad.

Cansada de nadar entre peces de colores que resultan ser pirañas, decidió un día proponerse una meta: No conformarse con las migajas. Esto no es nada fácil porque el querer ir más allá supuso para la protagonista del cuento decir adiós a la familia, atravesar mundos desconocidos y sentirse en muchas ocasiones el Patito Feo.

En su camino, ha sido un poco Cenicienta, trabajando en lo que encontraba para salir adelante. Y aunque hay que reconocer que en lo profesional la varita del hada madrina ha tocado sobre su cabeza, en forma de esfuerzo reconocido, en lo personal podría decirse que es más bien una Blancanieves. Una mujer frágil que ha topado con más de una manzana envenenada. Aunque en alguna ocasión le tocó bailar con el más guapo de la fiesta, a las 12 en punto al principito perdía la magia y con un chasquido de dedos todo su encanto varonil se esfumaba.

Pero a pesar de los claros y sombras. la protagonista aguarda como una Princesa Durmiente, el beso perfecto que le devuelva la magia. Porque esta mujer está cansada de pincharse con el huso de la rueca de tanto tejer y tejer ilusiones de telaraña.


Así que un 31 de diciembre de 2009, decidió frotar la lámpara. ¿Por qué no? No había nada que perder y mucho por ganar. Un montón de propósitos salieron de su cabeza como una nube y habló con El Genio. En este momento está a punto de subir a la alfombra y empezar a cumplirlos. El primero, viajar. Con Roma en la cabeza, la primera parada será París. ¿Y por qué está ciudad? La razón es evidente. La Princesa es una romántica, una soñadora. La alfombra la aguarda, es brillante, de terciopelo y tiene alas. Antes de ir a su Mundo Ideal tendrá que hacer escala de ida y vuelta en Madrid.




¿Será este el inicio de un nuevo cuento? Seguro que sí. Nunca se sabe...tal vez entre escala y escala aparezca Aladdín. Tampoco es que sea indispensable, porque la Princesa escuchó un día por casualidad una canción que le dio motor a sus proyectos. Era un poco fría y desgarradora pero de vez en cuando los empujones son así y de rosa tienen poco. Que lo disfruten:



No hay comentarios: