martes, 19 de enero de 2010

En el epicentro de la devastación


Esta mañana, gracias a mi trabajo, conocí a un hombre increíble. No fue en la sala vip del aeropuerto, nada de eso. Él hacía cola para facturar en Los Rodeos. No es ni cantante, ni actor, ni mide 1,90 cm. Lo mejor de todo es que tuve el gusto de hablar con él y ponerle nombre y apellidos......
Se trata de Juan Manuel Ayanet. Un bombero de cuarenta años, que tras doce años ejerciendo su profesión en La Orotava parte rumbo a Madrid para embarcarse en la misión de su vida: abastecer de agua potable a la población haitiana. A sabiendas de la situación infernal que atraviesa la zona, no ha dudado en coger su mochila y dirigirse hacia el abismo. En la isla deja a su familia, a sus amigos y muchos compañeros de profesión que sin duda aguardarán orgullosos su regreso. Tal vez pase desapercibido y no llegue a ocupar portadas de periódicos, pero en una pequeña república en medio del Atlántico le recibirán con los brazos abiertos. Buenos días y buena suerte...

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