martes, 24 de abril de 2007

¿Por qué nos gusta la ficción? ¿no nos gusta nuestra vida?


Los medios de comunicación imponen un ideal de vida en la sociedad actual que se aleja de la sencillez y lo cercano.



¿Realidad o ficción?La audiencia actual estima que para conseguir la felicidad resultan necesarios una serie de privilegios tecnológicos. Con la revolución de las nuevas tecnologías y la aparición de la sociedad de la información se produce una corriente que circula a marchas forzadas hacia lo que se denomina: sociedad mediática. Ésta se caracteriza por un desarrollo tecnológico difundido principalmente por los medios informativos a través de la publicidad. Todo aquel que no se integre dentro de los avances técnicos es considerado un apartado social y el ciudadano se ve forzado a subirse al carro de los inventos si no quiere ser un excluido en su entorno. De este modo, el hombre no concibe su vida si no es a través de facilidades científicas, como una lavadora, un móvil o un microondas, sin darse cuenta de que estos valores están impuestos por grupos de poder: las empresas creadoras de tecnología.

Todo resulta formar parte de un ciclo en el que por un lado las empresas hacen lo posible por atraer la atención de los medios de comunicación y acercarles sus productos. Por otra parte, los medios requieren la inversión de las grandes empresas en el campo de la publicidad para poder salir adelante. Para ello, venden los productos de las empresas del mejor modo posible: la coacción ciudadana sin cuestionarse el impacto social que acarrean y a través de los programas. Por último, el perfil del consumidor/público, hace que estos sectores se conviertan en seres vulnerables ante la oferta de los medios y se mantengan receptivos ante los cambios impuestos por los medios y a su vez por las empresas. Al no cuestionarse lo positivo o negativo de lo que los medios ofertan, el intento por adquirir todo lo que tiene el vecino se prolonga hasta el punto de sentirse inferior.

Esto responde a la necesidad humana de desear lo que el otro tiene. No porque no nos guste nuestra vida, sino porque las metas que establecen los medios son tan elevadas, que muchas personas caen en la frustración personal y no valoran lo básico que le rodea.

Por otra parte, la ficción se nos vende hoy en día como lo perfecto. Lo bello es hoy un prototipo de mujer totalmente operada y delgada. Cualquier mujer normal, rellenita, daría cualquier cosa por verse estéticamente tal y como marcan los medios (siempre hay excepciones). Esto conduce a problemas sociales como la anorexia y la bulimia. Las modas también proponen este planteamiento. Pero, ¿Realmente una mujer con pómulos, labios, pechos, glúteos y un largo etcétera de miembros totalmente operados no resulta ficción? Desde luego no forma parte de la naturaleza. Los seres humanos nacemos con una serie de valores y características intrínsecos que nos definen. Conociendo esto, ¿por qué nos empeñamos en ser robots? ¿Es que vamos a permitir que llegue el momento en el que todos seamos iguales?

La realidad virtual se ha puesto de moda. En las clínicas de cirugía estética, incluso, hay programas que diseñan cómo sería tu cara con un color de ojos distinto o con cuatro tallas de ropa menos. Si tenemos en cuenta todo esto, ¿quién distingue entre parámetros reales y constructos? Al igual que sucede en el film "El show de Truman" la población choca cada día contra el decorado. El problema surge cuando no queremos verlo...Rasguemos el montaje. Pisa la realidad, tu realidad.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hola, acabo de conocer tu blog. Tienes algunos post muy buenos. Seguiré pasando por aquí. Un saludo.