Nuestro gran legado: El ciclo sin fin

Si no sabemos vivir en comunidad. Si nos molesta el del tercero y el del quinto no se preocupa por el resto del bloque, ¿cómo considerar nuestro entorno? Nos lo dicen las películas infantiles y una de mis preferidas.... "El Rey León". La vida es una cadena, parece simple, pero no lo es.

No respetamos la cola en el supermercado y poco nos importa si la anciana que nos sigue va cargada y sus piernas flaquean por la vejez. Nosotros vamos delante y tenemos más prisa. Que espere. Para eso somos el Rey León, ¿no? Pues no. Eso nos convierte en hienas, las feas de la historia.


Odiadas por su altanería y oscuridad interior. "Con el instinto atrofiado". El olfato debería agudizar nuestro ingenio y ser más conscientes de quienes nos rodea. En lugar de eso, acabamos con eras de evolución. Preferimos convertirnos en reyes de las hienas, de la carroña. El objetivo poner nuestras garras sobre el resto, sin importarnos quién nos rodea. Lo decía Darwin. La ley del más fuerte.

"Mira como bailo, mira como ando, mires donde mires, siempre estoy al mando"... O eso nos creemos. Los auténticos reyes de la selva. Pero para ocupar ese puesto primero debemos tener en cuenta al resto y ser mejores, mejores personas. Así que no nos pensemos el ombligo del mundo y Hakuna Matata. Vive y deja vivir.