lunes, 6 de junio de 2011

El peligro de los alimentos transgénicos y las garras del desconocimiento


En nuestra vida diaria consumimos alimentos sin saber cómo están producidos. Únicamente disfrutamos el sabor, el aspecto o la textura, pero ¿qué hay detrás del aceite de palma o de un simple filete de salmón?

En el libro Qué son los transgénicos. Bioingeniería y manipulación de los alimentos, su autor, Jorge Riechmann da con algunas de las claves que están llevando a la devastación de nuestro planeta.

Tal vez si supieran que el uso de un teléfono móvil lleva tras de si una guerra genocida lo suelte de la mano y se estrelle en el suelo. Créanme, el estrépito de su chapa es incomparable al impacto de las balas sobre el millón de personas que perecieron en países del África central como el Congo, Uganda o Ruanda. En aquellas naciones se extrae un mineral: columbina-tantalita y de él a su vez se adquieren metales esenciales empleados por las industrias de las telecomunicaciones y la guerra. Ironías del destino. La propia población producía las armas y las balas que más tarde, acabaría con las vidas de sus hermanos.

¿Qué ocurre con el aceite de palma? (Nada que ver con la miel de palma que se produce en el archipiélago canario...). Este tipo de aceite está presente en muchos alimentos que consumimos. Su producción está íntimamente ligada a la deforestación, la explotación y la violación de los derechos humanos de millones de personas a lo largo del planeta. Fíjense a partir de ahora...

La cadena de la irracionalidad se extiende a las propias piscifactorías, que alimentan a sus crías a base de proteínas obtenidas a partir de la destrucción de bosques.

¿Por qué no nos proponemos aportar un granito de arena? Deberíamos motivar un cambio, por leve que sea, en nuestro modelo alimentario. El exceso de consumo de proteína animal y de energía debilita nuestro ecosistema.

¿Hasta dónde llegan las raíces de la glotonería? El extremo hinca sus dientes en las poblaciones más empobrecidas y el desconocimiento y la despreocupación acaba con selvas y animales que no tienen la culpa. En nuestra mano está SER RESPONSABLES CON LO QUE CONSUMIMOS.

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