lunes, 18 de abril de 2011

Aprendamos de la naturaleza: El enigma de la Flor de Loto


Así como la flor de loto hunde sus raíces en el pantano y emerge varios centrímetros sobre la putrefacción, ha de relacionarse y coexistir el ser humano con su entorno. Otro ejemplo más de fortaleza, delicadeza y feminidad inquebrantables. Una fusión única que le otorga un toque de osadía, la necesaria para no tornarse oscura y contaminada. Su mística belleza ha maravillado a las grandes civilizaciones. En su búsqueda incansable por llegar a la luz (meta personal), sus pétalos se abren dejando al descubierto, ante la perplejidad de muchos, su esplendor. Mientras los flacos y patilargos insectos perecen al contacto con el fango o los mamíferos ahogan sus últimos suspiros por la falta de oxígeno, ella es capaz de mostrar lo mejor de sí misma. Muchos místicos la observaron y comprendieron el poder interior de cada individuo para mantenerse inquebrantable.



Por eso se dice, que todo lo que nace en época de adversidades difícilmente fracasa. Toda persona capaz de crecer en entornos poco propicios para su desarrollo ofrece una mejor resistencia, una mayor conciencia de sí misma y una mejor adaptación. Un buen entrenador sabe que el ejercicio en condiciones extremas (frío, altura, humedad), empuja al deportista a desarrollar su capacidad. Entonces, me pregunto por qué la crisis frena las iniciativas y se convierte en tierra de cultivo para la pereza o la desidia... Conviértete en loto y proyéctate en ti mismo/a. No te hundas en el fango del otro, afronta tus propias cuestiones, no te recrees en su lodo, pues tal vez mañana necesitarás una rama a la que encaramarte para salir de tu propia oscuridad.

1 comentario:

Manoli dijo...

Sólo una curiosidad, el nombre de Susana proviene del egipcio medio Sšn (‘flor de loto’). Completamente de acuerdo con tu reflexión Canto.