¿Se llamará San Borondón?

Que la tierra está viva es, a estas alturas, un hecho demostrable y sobradamente demostrado. Aunque, con toda seguridad, nuestros ojos no lo verán, en un puñado de miles de años el archipiélago se habrá incrementado con la incorporación de una nueva isla. Setenta millas al suroeste de El Hierro y bajo las profundidades del Océano Atlántico San Borondón ya no será un espejismo. Los pescadores herreños ya no serán tachados de soñadores y el hombre podrá pisar tierra firme más allá de la isla meridiana. Sin duda, un capricho de la naturaleza que remueve las tradiciones más antiguas a medio camino entre el mito y la leyenda.


Canarias, un corazón ardiente: